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Patentes de Software

Patentes de Software ¿Qué son las patentes de software?

Una patente es un título que reconoce el derecho de explotar en exclusiva la invención e impide a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular. Como contrapartida, la patente se pone a disposición del público para su conocimiento general. La patente puede referirse a un procedimiento, aparato o productos nuevos, o a un perfeccionamiento o mejora de éstos. En el caso del software se traduce en un monopolio sobre una tecnología.

El inventor se compromete a dar una descripción suficiente y clara para que un experto en la materia pueda ejecutar el invento y de esta forma pueda contribuir a la innovación. A cambio, la sociedad le da el derecho a explotarlo en exclusivo durante 20 años. Aquellos que quieran explotar el invento deben pagar una licencia. Ahora bien, el propietario de la patente pude negarse a vender la licencia, salvo supuestos excepcionales (falta de explotación, interés público, etc.) en los que la ley prevé la concesión de licencias obligatorias. En el caso del derecho de autor, no existe una disposición que expresamente prevea la concesión de licencias obligatorias.

Las patentes se promueven normalmente como mecanismos para mejorar el desarrollo tecnológico en un área dada, y para ayudar a los innovadores a que consigan suficiente capital para convertir sus ideas en productos. En el caso específico del software la legislación sobre derechos de autor y la propia dinámica de la industria del software han sido suficientes para conseguir una historia notable de rápida innovación tecnológica y buena consecución de fondos. No hay evidencia de que las patentes sobre programas de ordenador mejoren esta historia. Por el contrario, hay evidencias de varios problemas que deberían solucionarse para poder mantenerla en el caso de que se introduzcan las patentes de software como un nuevo factor.

Las patentes de software comenzaron en Estados Unidos. El primer caso data de 1981. El caso State Street Bank, referido a un método de inversión, consagra las patentes de métodos de negocio en ese país, en 1998.

Los argumentos

Los defensores de la patentabilidad del software arguyen que la ausencia de una legislación armonizada a nivel Comunitario puede ser una potencial barrera para el crecimiento industrial, la competitividad y el desarrollo del mercado interno, y creen que la implantación de la patentabilidad estimularía la investigación en el software al otorgarse una protección adecuada a las inversiones necesarias para crear programas de ordenador específicos o de alta calidad, y remuneraría de forma justa el esfuerzo realizado.

La Directiva, pues, daría seguridad sobre que puede y que no puede patentarse, estableciendo de manera clara y uniforme las condiciones de patentabilidad de las invenciones implementadas por ordenador.

Por otro lado, encontramos una serie de argumentos en contra del software libre que se deben tener en cuenta. Existen unos riesgos muy claros que hacen que la balanza ceda en pro de las patentes. Algunos de ellos son: la falta de responsabilidad ante los fallos, la falta de compatibilidad entre Linux (software libre) y Windows (el sistema más extendido). Este problema viene dado por la escasez de hardware especializado (equipos informáticos) en software libre que se fabrican.

Otro inconveniente a tener en cuenta es que no hay garantías de que el desarrollo del producto se mantenga.

La principal acción llevada a cabo es la realizada por la Dirección General para el Mercado de la Comisión Europea al publicar la Directiva sobre la patentabilidad de las invenciones implementadas en ordenador.

Como perjudicado directo del software libre, Microsoft se ha posicionado en contra de éste, aunque no ha llevado a cabo ninguna acción concreta.

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